La boda en La Almoraima de Marta y Jesús bajo una carpa para la lluvia
- 20 12 23
NUESTRO REPORTAJE
Marta y Jesús
20 05 23
Finca La Almoraima
210 invitados
La boda de Marta y Jesús
Marta y Jesús celebraron su boda en la finca La Almoraima, y una de sus preocupaciones fue la lluvia. Al final, en las bodas, todo termina saliendo bien, y así me lo contó Marta en la entrevista que le hice hace días con motivo de esta publicación. Pero a escasos días de casarte, la mayor parte de las veces, esos nervios no atienden a razones y cualquier ayuda es poca para tomar buenas decisiones y que todo al final suceda como esparabas, sobretodo en las bodas al aire libre.
La importancia del plan b
Aviso a navegantes. En las bodas de primavera en el Campo de Gibraltar el nuevo must ya es el plan b. Cada vez es más habitual que el riesgo de lluvia sea una de las preocupaciones recurrentes de las bodas en las que trabajo haciendo mis fotos. Marta y Jesús decidieron poner una carpa en la zona del banquete y modificaron el lugar del cocktail por un espacio más apropiado en el caso de que finalmente lloviera. Porque el riesgo de lluvia suele alterar el trabajo de decenas de personas y te obliga a trazar con claridad un plan alternativo, con la confianza y el apoyo de tus proveedores, y a sabiendas de que hasta el último momento no podrás tomar una decisión definitiva, sobre todo en las bodas al aire libre.
¿Cómo os conocísteis?
El 8 de diciembre del 2011. Jesús viviendo en Malaga por trabajo y yo en Sevilla estudiando. Sin habernos visto antes, ni conocernos de nada, nos fuimos a Algeciras. Yo había quedado esa noche con mis amigas para celebrar mi cumpleaños y él de imprevisto había quedado con sus amigos para salir. Nos conocimos en el antiguo pub Cielo (Ahora Marieta). Un amigo de una amiga en común nos presentó. Fue un flechazo al entrar al pub (¡mutuo!). Parecía que quedaría en un rollo de una noche… y doce años después aquí seguimos. ¡Casados!
Marta, ¿cuándo y cómo decidísteis casaros?
Yo siempre me he querido casar, así que Jesús me pidió matrimonio cuando nació nuestro hijo el 12 de agosto del 2020. Así que nuestro hijo Jaime es nuestra principal motivación, porque él es el fruto de este amor. El motivo y la razón.
¿Cuál ha sido la clave de la planificación de tu boda?
Dejarme aconsejar y ver ejemplos de los trabajos de los proveedores. Desde el principio conecté con todos ellos, sobre todo con el fotógrafo, el diseñador de mi vestido y la florista que, para mí, han sido los imprescindibles. Nos entendimos desde el principio y me lo pusieron todo fácil y sencillo. Y contar con la ayuda indispensable de la familia. Soy quien soy por ellos y eso los hace imprescindibles.
¿Qué me contáis sobre la idea de organizar una boda en La Almoraima?
El convento de La Almoraima lo reúne todo. Nos encantó la idea de poder irnos con la familia y los amigos a pasar el fin de semana y vivir juntos todos esos nervios. Y superó con creces mis expectativas. El cátering Escá, el personal, todos fueron encantadores y muy profesionales y la comida… ¡Todo de diez! Yo quería mi boda religiosa y allí la celebré porque la finca cuenta incluso con una ermita consagrada. La elección fue buscando justo eso: un sitio donde pudiéramos irnos todos desde el viernes y dormir allí y cenar y desayunar y casarnos y celebrarlo allí todos juntos.
¿Qué detalles especiales podrías destacar de tu boda?
Mis abuelos fueron mis grandes ausentes el día de mi boda, así que te diría que la elección del cura, el padre Pedro, amigo de la familia, especialmente de mis abuelos Jaime y Rosa. Mi hijo Jaime se llama Jaime por mi abuelo. El padre Pedro casó a mis padres, me bautizó, hice con él la comunión, y también bautizó a mi hijo Jaime. Mi ramo se lo dejé a ellos en el cementerio al día siguiente. A mis amigas les di una pulsera a cada una. La medallita del ramo que me dieron ellas a mí también me emocionó mucho.
¿Qué desafío o dificultad destacarías en el proceso de organización de tu boda y cómo lo ves ahora que todo ha pasado?
Estar detrás de la gente para que confirmaran su asistencia, el estrés y la presión de que todo salga perfecto y, ya los últimos días, gestionar todo en base al riesgo de lluvia, porque lo teníamos todo organizado al aire libre. Yo les aconsejaría a las parejas que estén organizando su boda en este momento que traten de disfrutar más y estresarse menos.
¿Y qué le dirías ahora a esa Marta que días antes de la boda estaba tan preocupada por la lluvia?
Me diría: «Marta, no te irrites. Relájate y disfruta del momento». Hay que disfrutar de cada momento tal cual llegue. Siempre pensé que la ceremonia sería el gran recuerdo de mi boda. Pero reconozco que el momento en que mis amigas entraron a mi habitación a ayudarme a vestirme, luego mi madre cuando me vio y se emocionó, la cara de mi padre cuando lo agarré del brazo, mi hijo entrando en la Iglesia conmigo… Todo eso me pone los pelos de punta. Porque lo mejor de la boda ha sido nuestra gente. Ellos han vivido todo con nosotros desde que nos conocimos hace 12 años y han visto cómo hemos crecido y caminado juntos. Sin ellos nada hubiera tenido sentido.
*Si te está gustando la galería de Marta y Jesús, que sepas que ya puedes ver la publicación donde se muestra su libro y las impresiones de esta pareja tremenda sobre mi trabajo.
PROVEEDORES
Lugar: Finca La Almoraima
Cátering: Escá Cátering
Fotografía: mariscalariza*
Florista: Flores, viveros y plantas
Carpa: Carpas y Eventos
Fotomatón: Sr. Fotomatón
*La selección pública de esta entrada ha sido hecha por Javier Mariscal Ariza a partir de las 880 fotografías de la galería privada del reportaje de Marta y Jesús a la que tienen acceso exclusivo la pareja y su gente tremenda.